La historia de cómo llego a
nosotros el primer motor de nuestra colección y el que nos motivó a esta pasión
de la restauración de motores antiguos ocurrio de casualidad hace unos años. Estando
de visita en el taller de un colega y amigo me dice: “quiero mostrarle una máquina
que hay en un cuarto y que quisiera sacarla de allí para darle otra utilidad al
espacio”. Cuando lo veo y noto que se trata de un inmenso y antiguo motor,
saque algunas fotos y me fui entusiasmado del lugar, mi primer impresión fue encontrar
la forma de ponerlo en marcha. Lo hable con mi socio Walter e inmediatamente
fue a verlo y quedo tan deslumbrado como yo. A partir de ahí comenzó la negociación
de obtenerlo y ver cómo sacarlo de ese sitio.
Fue todo un tema, convocamos a
nuestro amigo Erico Obenaus para verlo y sugerir como sacarlo de una habitación
de 4x4 en el fondo del taller. Mientras
yo estaba de vacaciones me dieron la grata sorpresa que al volver de ellas me
encuentro con el motor semidesarmado en nuestro taller.
Me contaron que habían contratado
una empresa de trasportes con un camión con una grua hidráulica, derrumbaron
una pared desarmaron el motor para desprender el cigüeñal con el volante del
block del motor, lo desatornillaron de la base de hormigón que tenía, cargaron
todo y se lo trajeron.
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